Impacto ambiental del transporte

El impacto ambiental del transporte es uno de los más importantes en cuanto a emisiones de CO2 en todo el mundo.[1]

Por subsectores, el transporte en carretera es el mayor contribuidor para el calentamiento global.[2]​ Un automóvil europeo emite en promedio 70 g de carbono por pasajero y kilómetro, y un tren unos 10 g.[3]

Se considera que 135 aviones supersónicos se encuentran permanentemente en vuelo a una velocidad inferior a Mach 1,1, y que cada uno emite 20 kg de carbono por kilómetro;[4]​ y en vuelos civiles, promedio por cada kilómetro recorrido y cada pasajero transportado, un avión emite más de 100 g de carbono en vuelos cortos y de 30 a 50 g en vuelos largos. En los efectos producidos por la aviación militar hay que añadir los simulacros de explosiones militares, y tanto en la civil como en la militar la formación de óxidos de nitrógeno (NOx) y el vapor de agua. Los óxidos de nitrógeno dan lugar a la formación de radicales libres, que, combinados con oxígeno y con ayuda de la luz solar, producen ozono. En la troposfera, este proceso origina la formación del "smog" fotoquímico, una neblina contaminante que padecemos todos los habitantes de las grandes y medianas ciudades. El ozono es, además de contaminante, un débil gas de invernadero. En la actualidad, la aviación emite cada año unas 400 000 toneladas de NOx. El efecto del vapor de agua forma nubes del tipo cirros en la alta troposfera. Aunque es difícil de cuantificar, podría tener un impacto sobre el clima aun mayor que el CO2 emitido, ya que las nubes reflejan tanto la luz solar que llega a la Tierra como la radiación infrarroja que sale al espacio, y las nubes altas son excepcionalmente muy eficaces atrapando el calor que emite la Tierra.[5]

En España el sector transporte es el primer sector en cuanto al gasto energético.[6]​ Solo en el año 2003 consumió unas 36 000 ktep (1.5 EJ) al año (un 42 % de la energía final). Los porcentajes correspondientes son: el sector aéreo 12,5 %, el marítimo 4,3 %, y el terrestre 83 % (del que el sector ferroviario ocupa un 2,9 %).[7]​ No se incluye aquí toda la actividad militar de fabricación y de consumo.

  1. «Cambio Climático 2007. Mitigación del cambio climático (resumen)». The Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC). Cuarto Informe de Evaluación del IPCC: Cambio climático 2007 (AR4). Consultado el 10 de noviembre de 2021. 
  2. Fuglestvet et al., Center for International Climate and Environmental Research (2007). «Climate forcing from the transport sectors». 
  3. Cuánto carbono emite cada vehículo, en el sitio web El Tercer Tiempo.
  4. I. C. Prentice, et al. (2001). «The carbon cycle and atmospheric carbon dioxide: SRES scenarios and their implications for future CO2 concentration». Climate change 2001: The scientific basis. contribution of Working Group I to the “Third assessment report” of the Intergovernmental Panel on Climate Change. IPCC. Archivado desde el original el 8 de diciembre de 2006. Consultado el 21 de abril de 2009. 
  5. Marta Guerrero (10 de marzo de 2021). «Impacto ambiental del transporte aéreo». Consultado el 10 de noviembre de 2021. 
  6. «Nota informativa sobre el Avance de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero correspondientes al año 2020». Inventario Nacional de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Consultado el 10 de noviembre de 2021. 
  7. Crana.org.

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